Jessica Valbuena Vidal1, Laura Rodríguez López2
1ATV, especialista en anestesia, urgencias y NAC. 2LV, PGCert. Neurología. PGDipl. Cirugía y anestesia de pequeños animales. Diagnóstico por imagen.
Imágenes cortesía de CV Garellano (Bilbao)
Nos encontramos, ya desde hace años, ante un claro aumento de las especies exóticas como animales de compañía o domésticos. Por ello, cada día acuden a la clínica más tutores con conejas que presentan patologías hormonales o reproductivas; o, incluso, problemas que, en primera instancia, nada parecen tener que ver con lo anterior, pero finalmente se descubre que sí tienen una relación directa.
Entre los tutores, aún se escuchan argumentos como: “estoy en contra de la cirugía, dado que me parece antinatural”, “no marca, así que no hace falta”, “es muy mayor para someter al animal a una cirugía”, “no convive con más animales, así que no considero que sea necesario”, “creo que dejará de ser como es y no quiero”, “es tan pequeña”, y un
largo etcétera.
En ese momento es cuando debemos aclarar algunos puntos clave, exponiendo todas aquellas patologías tanto físicas como comportamentales a las que estará expuesta la coneja durante toda su vida si no se le realiza una ovariohisterectomía preventiva. Y también podemos añadir que, por consiguiente, en un futuro será muy probable que exista una necesidad de realizar dicha cirugía en una paciente de avanzada edad, con muchos más riesgos tanto anestésicos como quirúrgicos, al no tratarse de una cirugía preventiva sino necesaria y de carácter urgente.
Debemos informar a los tutores sobre todas las consecuencias de no esterilizar de manera completa de forma preventiva, así como de los riesgos normales de cualquier proceso quirúrgico, sea de la naturaleza que sea.
Otro de los puntos que debemos tener en cuenta es el tipo de cirugía que vamos a realizar (ovariohisterectomía u ovariectomía), de lo cual hablaremos más adelante.
Patologías médicas en conejas no esterilizadas
Existe una larga lista de problemas asociados a la no esterilización en conejas. Los primeros a los que nos podemos enfrentar son: neoplasias (habitualmente adenocarcinomas), hiperplasia endometrial (con o sin formación quística), piometra, hidrómetra (imágenes 1 y 2) o mucómetra, aneurismas venosos endometriales, pseudogestación y problemas digestivos secundarios derivados del malestar, el dolor y la no ingestión de cecotrofos, con todo lo que esto conlleva.


Adenocarcinoma uterino
La literatura científica respalda que el adenocarcinoma uterino es la neoplasia más común en conejas adultas. La incidencia va del 50 al 80 % en hembras mayores de 4 años.
Además, se trata de una neoplasia con alta probabilidad de metástasis si no es detectada y tratada a tiempo; evidentemente, con mayor probabilidad de metástasis cuando el tumor ha progresado durante un tiempo sin tratamiento, es decir, en estadios avanzados de la enfermedad (imagen 3).
La metástasis suele presentarse en pulmones, hígado e incluso cerebro. Como riesgo añadido, el sangrado de este tipo de tumores puede derivar en una hemómetra.
El tratamiento de elección en hembras que padecen adenocarcinoma uterino sin metástasis es el quirúrgico (ovariohisterectomía).

Hiperplasia endometrial
Se trata de una patología reproductiva caracterizada por un aumento tanto del número como del tamaño de las glándulas endometriales, así como por un engrosamiento de las paredes del endometrio. Dicho proceso puede ser el resultado de un desequilibrio hormonal: una exposición prolongada a estrógenos y, al mismo tiempo, sin un adecuado funcionamiento de la progesterona.
En muchas ocasiones su formación es quística, es decir, las glándulas endometriales se dilatan formando quistes debido a la acumulación de secreción. Sin embargo, la hiperplasia endometrial no siempre es quística, especialmente en estadios iniciales (imagen 4).
La hiperplasia endometrial puede predisponer al desarrollo de piometra, e incluso coexistir con una neoplasia (habitualmente adenocarcinoma).
El tratamiento es, de nuevo, quirúrgico (ovariohisterectomía) y, gracias al estudio histopatológico, se emitirá un diagnóstico definitivo.

Piometra
Aunque es menos frecuente que en perras o en gatas, las conejas no están exentas de este problema. Las pacientes a menudo acuden a consulta con secreción vulvar, hecho que llama la atención de sus tutores. Pero no siempre presentan este signo clínico: en otras ocasiones, los signos son más inespecíficos, como es el caso de la anorexia, la apatía, la dilatación abdominal, la letargia, etc.
Para llegar al diagnóstico definitivo, están indicadas las pruebas tanto laboratoriales como de diagnóstico por imagen.
En este caso, el tratamiento tras la estabilización es de nuevo quirúrgico (ovariohisterectomía).
Aneurisma venoso endometrial
Se trata de dilataciones anómalas de los vasos sanguíneos del endometrio que pueden llegar a romperse generando sangrados profusos. Dicha patología puede afectar a conejas jóvenes.
Los signos clínicos pueden ser sangrados vulvares intermitentes y, de nuevo, apatía, anorexia y letargo.
Las pruebas diagnósticas de imagen nos darán tanto información sobre la presencia de dilataciones uterinas como de líquido. Los resultados de las analíticas sanguíneas (hemograma, bioquímica y electrolitos; incluso pruebas de coagulación, si fuese posible) nos permitirán decidir el tratamiento farmacológico y valorar si la coneja está estable para la anestesia o requiere tratamiento previo (transfusión sanguínea).
De nuevo en estos casos, tras la estabilización (con transfusión sanguínea si fuese necesario, como comentábamos con anterioridad) el tratamiento es quirúrgico (ovariohisterectomía).
Pseudogestación
Durante la pseudogestación, la coneja presentará todos aquellos signos clínicos propios de una gestación debido a la secreción continua de progesterona: desde la preparación del nido (arrancándose el pelo), la producción de leche, una protección agresiva del territorio, inflamación abdominal, hasta la disminución del apetito y estrés, dando como resultado problemas digestivos. Este proceso durará aproximadamente 17 días.
Además de la principal complicación que ya suponen el estrés y los probables problemas digestivos por sí solos, las pseudogestaciones a menudo son recurrentes y pueden predisponer a piometra, hidrómetra, hiperplasia endometrial, mastitis, etc.
El tratamiento definitivo sería quirúrgico: se realiza una ovariohisterectomía una vez que hayan cesado los signos clínicos de pseudogestación, dado que durante esta etapa la matriz se encuentra mucho más vascularizada y activa hormonalmente, lo que aumenta el riesgo quirúrgico (hemorragias, riesgos anestésicos).
Paradas digestivas secundarias a molestias, incomodidad, estrés o dolor
Todas estas patologías (hiperplasia endometrial, piometras, etc.) pueden causar problemas digestivos secundarios derivados del posible dolor y presión abdominal, anorexia, e incluso debido a la incomodidad o dolor pueden llegar a evitar la ingestión de los cecotrofos, lo que genera deficiencias nutricionales y alteraciones de la microbiota intestinal.
Las pseudogestaciones conllevan un claro factor estresante, lo cual siempre será un aspecto que tener en cuenta en una coneja, dado que únicamente este signo ya puede producir una parada digestiva secundaria.
Problemas comportamentales en conejas no esterilizadas
Además de todas las patologías médicas mencionadas, tenemos que añadir todos los problemas comportamentales derivados de los desajustes hormonales que sufren estos animales, ya que es otro factor que tener en cuenta en conejas enteras.
Estos comportamientos no solo aumentan el estrés de la coneja, sino que también dificultan su manejo en casa por parte de los tutores:
- Marcaje territorial: pueden rociar orina en paredes, objetos o personas.
- Agresividad territorial y defensiva: mordiscos, gruñidos, golpes con las extremidades, embestidas ante el intento de invadir su espacio, etc.
- Monta de objetos o de otros individuos: es habitual asociar este comportamiento únicamente a conejos machos, pero también puede ocurrir en hembras enteras.
La ovariohisterectomía no solamente previene patologías médicas como las citadas anteriormente en este artículo, sino que también mejora su conducta, facilita el manejo en el hogar y reduce el estrés del animal.
Problemas en conejas sometidas únicamente a ovariectomía: reporte de caso clínico
En ocasiones, nos encontramos con conejas cuyos tutores comentan en consulta que están esterilizadas, pero presentan signos clínicos o comportamientos que nos sorprende observar en un animal “esterilizado”. Puede ocurrir que estemos ante un caso de una coneja sometida a cirugía de ovariectomía y no a una ovariohisterectomía completa.
Se presenta el caso de una coneja hembra, de 5 años de edad, vaciada 4 años atrás, según refieren sus tutores. Su comportamiento es un tanto especial: es territorial, presenta esporádicamente episodios de marcaje, en ocasiones deja de ingerir los cecotrofos y también tiene momentos de ligera agresividad (menos intensos y habituales desde que se llevó a cabo la cirugía).
Se realiza ecografía abdominal, que evidencia que aún cuenta con cuernos uterinos (imagen 6), lo que confirma la ovariectomía (no ovariohisterectomía). Por este motivo, se decide enviar una muestra de plasma sanguíneo a un laboratorio externo para evaluar los niveles de 17β-estradiol, dado que en ecografía no se logra distinguir con claridad un remanente ovárico.

En conejas esterilizadas o con sospecha de remanente ovárico, valores de 17β-estradiol por encima de 10 – 20 pg/mL pueden indicar la presencia de tejido ovárico funcional residual (debería presentar aproximadamente la misma concentración que un conejo macho). En el caso de esta coneja, el resultado fue de 62 pg/mL, lo cual confirma la presencia de remanente ovárico, dado que hay producción de estrógenos. En este caso, fue suficiente con la medición de estradiol para confirmar el diagnóstico, aunque en otras ocasiones podríamos utilizar la medición de hormona antimulleriana como alternativa.
Además de las pruebas descritas, y dado que los tutores comentaban que la coneja dejaba de practicar la cecotrofia en algunos momentos, también se realiza un estudio radiográfico de columna, en el cual no existen alteraciones de relevancia que justifiquen un dolor de columna que pueda explicar la ausencia de cecotrofia. Ante el resultado de todas las pruebas realizadas, se decide llevar a cabo una histerectomía.
En las pacientes sometidas a ovariectomía sin histerectomía, debemos tener en cuenta que aún existe riesgo de que padezcan algún tipo de patología uterina que pueda desarrollarse sin ovarios, así como actividad uterina residual, persistencia de conductas hormonales y de síndrome del remanente ovárico, como en el caso presentado.
Conclusión
Los hallazgos expuestos a lo largo de este artículo invitan a una reflexión crítica sobre las decisiones clínicas habituales.
Todos los aspectos planteados anteriormente evidencian que la no realización de la ovariohisterectomía conlleva serias consecuencias para el bienestar del animal, tanto a nivel médico (alta incidencia de adenocarcinoma, endometritis, paradas digestivas secundarias, etc.) como a nivel comportamental (montas no deseadas, marcaje, agresividad, estrés, etc.). Todos estos problemas, con origen claramente hormonal, impactan de una forma negativa en el bienestar y en la calidad de vida de la paciente.
Además de todo lo anterior, también cabe destacar que la ovariohisterectomía se posiciona como primera opción ante la ovariectomía, al ser más segura y completa por eliminar también el riesgo de patologías uterinas.
Bibliografía:
- Bonvehí C, Montesinos A, Ardiaca M, Martín A. Estudio retrospectivo sobre patología uterina en conejas. En: Southern European Veterinary Conference43 Congreso Nacional de AVEPA; 2007 Oct; Barcelona, España.
- Carter CL, Adams JK, Czarra JA, Coan PN. An Incidence of Pseudopregnancy Associated with the Social Enrichment of Rabbits (Oryctolagus cuniculi). J Am Assoc Lab Anim Sci. 2016 Jan;55(1):98-9. PMID: 26817987; PMCID: PMC4747018.
- Martín Ríos A, Bonvehí Nadeu C, Ardiaca García M, Montesinos Barceló A. Patologías del aparato reproductor en conejas (Oryctolagus cuniculus). Prof Vet. 2007;16(67):42–6.
- Raymond JT, Garner MM. Spontaneous uterine lesions in 118 pet rabbits (Oryctolagus cuniculus). Vet Pathol. 2001 Nov;38(6):557–60. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25415217/
- Ueno H, Nagamine N, Nakagawa T, Kato K, Ogihara K, Asai T, et al. Histopathological and epidemiological study of uterine lesions in pet rabbits undergoing elective ovariohysterectomy in Japan. J Vet Med Sci. 2020 Nov;82(11):1660–6. Available from: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC10788174/
- Walter B, Poth T, Böhmer E, Braun J, Matis U. Trastornos uterinos en 59 conejas. Vet Rec. 2010 Feb 20;166(8):230–3. doi:10.1136/vr.b4749.
- Yarto E, Çitaku I. Urgencias en conejos. En: Oliveira AG, editor. Urgencias y cuidados intensivos en nuevos animales de compañía. 1ª ed. Barcelona: Edra; 2024. p. 153–173.





