Ambos asumirán, además, el papel de únicos portavoces e interlocutores de VetWarriors en cualquier proceso de diálogo, negociación o interlocución institucional ante partidos políticos, administraciones y otras asociaciones del sector.
El resto de la junta directiva está integrada por:
- Anabel Marín secretaria
- Adela Álvarez, tesorera
- Y los vocales Amancio Fisac, Tània Martin, Verónica Garcés y Drina Stojsic.
Este relevo reafirma la voluntad del colectivo de fortalecer su estructura, consolidar su estrategia y avanzar con una voz única y experta en un momento crítico para la profesión veterinaria en España.
El colectivo ha impulsado movilizaciones históricas, como la primera manifestación del sector veterinarios en protesta del marco legal actual a principios de febrero en Barcelona en una acción reivindicativa sin precedentes, además de abrir diálogos constructivos con fuerzas políticas, incluida la mediación con grupos parlamentarios que culminó en el apoyo del Pleno del Congreso a la creación de una subcomisión específica para examinar la situación del sector veterinario en España.
En defensa de la veterinaria basada en la ciencia y el respeto profesional
Desde su creación, VetWarriors se ha convertido en el altavoz del veterinario de a pie, un movimiento transversal, independiente y sin ánimo de lucro que ha logrado movilizar a miles de profesionales en defensa de una veterinaria basada en ciencia, criterio clínico y respeto profesional.
En los últimos meses, la asociación ha desempeñado un papel determinante para visibilizar ante la sociedad, los medios y los responsables públicos la situación de injusticia derivada del Real Decreto 666/2023, una normativa que:
- Limita la autonomía clínica veterinaria, restringiendo la capacidad de los profesionales para tomar decisiones basadas en ciencia y experiencia.
- Desalinea al Estado Español del marco europeo, generando desigualdad frente a los homólogos del resto de la Unión Europea.
- Impide el fraccionamiento y la dispensación en clínica, comprometiendo la atención personalizada y eficiente al paciente.
- Mantiene un IVA del 21%, el más alto del entorno sanitario.
- Incrementa la burocracia, especialmente a través del sistema PRESVET, restando tiempo clínico y generando una carga administrativa injustificada.
VetWarriors ha denunciado con firmeza que estas medidas ponen en riesgo la salud animal, la salud pública y el bienestar de miles de profesionales que sostienen, día a día, una pieza esencial del sistema sanitario.
