Emprendimiento veterinario en España: situación actual, comparativa internacional y perspectivas

Dra. Lucía Reguillo Granados
Consultora en gestión veterinaria y doctora en Veterinaria
VetSapiens – Consultoría Estratégica
Córdoba, España
vetsapiensconsultoria@gmail.com

Contexto del sector veterinario en España

El emprendimiento veterinario en España se desarrolla en un marco condicionado por factores estructurales, económicos y formativos específicos. En las últimas décadas, la profesión ha experimentado un crecimiento rápido en número de profesionales y centros, lo que ha derivado en cierta saturación del mercado de la clínica de animales de compañía¹¹. España cuenta hoy con una de las mayores densidades de veterinarios de Europa, con 0,58 por cada 1.000 habitantes, frente a la media europea de 0,42⁹ (tabla 1). Esta cifra se explica, en gran medida, por el elevado número de facultades veterinarias en nuestro país: actualmente existen 15 (10 públicas y 5 privadas), muy por encima de lo que la profesión considera necesario¹⁵.

Los organismos colegiales advierten que esta sobreoferta formativa genera un excedente de graduados cada año que supera la capacidad de absorción del mercado laboral, especialmente en el ámbito de pequeños animales¹¹. Sin embargo, esta paradoja convive con la dificultad de muchas clínicas para cubrir determinados puestos, ya que las condiciones laborales —salarios bajos, largas jornadas o falta de conciliación— hacen que parte de los jóvenes prefiera no optar por ellos.

El resultado es que muchos veterinarios recién graduados enfrentan dificultades para encontrar empleo estable y bien remunerado, por lo que en ocasiones recurren al autoempleo como única alternativa. Paralelamente, el sector de clínicas veterinarias se caracteriza por una fuerte atomización: existen alrededor de 7.000 centros en España² (imagen 1), de los cuales el 94 % son microempresas con cinco o menos empleados¹.

En su mayoría, estos centros están gestionados por uno o dos veterinarios propietarios, lo que refleja un modelo de emprendimiento tradicional basado en la clínica veterinaria independiente.

Sin embargo, la preparación empresarial de estos profesionales suele ser limitada. Durante años, los planes de estudio se centraron casi exclusivamente en competencias técnicas, mientras las áreas clave como gestión, marketing o finanzas quedaban en un segundo plano. Algunos informes señalan que muchos propietarios carecen de formación en administración de empresas, de forma que inician proyectos sin una base sólida en dirección, estrategia o control financiero⁵. Esta carencia formativa constituye una barrera para la consolidación de nuevos negocios.

En resumen, la situación actual combina exceso de profesionales, microempresas poco capitalizadas e ingresos reducidos. Todo ello condiciona el emprendimiento y limita la viabilidad de los proyectos a largo plazo. A partir de este diagnóstico, en las secciones siguientes se analizan los datos del emprendimiento veterinario en España, su comparación con otros países de referencia y las perspectivas de futuro.

Situación actual del emprendimiento veterinario en España

Perfil del emprendedor

En España, la principal forma de emprendimiento veterinario es la propiedad de clínicas de pequeños animales. Según la Federación de Veterinarios de Europa (FVE), aproximadamente un 61 % de los veterinarios ejercen en clínica privada, pero solo un 22 % son propietarios o socios del centro; el resto son empleados no propietarios⁹.

Aunque en 2017 las encuestas señalaban que hasta un 65 % de los clínicos eran dueños de su centro¹³, la tendencia entre las nuevas generaciones es distinta: apenas un 11 % de los recién graduados trabaja por cuenta propia al año de terminar la carrera, y solo un 16 % a los cuatro años¹¹. Esto refleja una demora en el acceso al emprendimiento y una mayor cautela, posiblemente vinculada a la falta de capital o a la necesidad de adquirir experiencia previa.

Número de clínicas y facturación

El sector de animales de compañía en España cuenta con unas 7.000 clínicas registradas, que en conjunto generan unos 2.800 millones de euros de facturación anual⁹. Sin embargo, los ingresos medios por centro se sitúan en torno a los 400.000 € anuales, claramente por debajo de otros países europeos¹⁰ (tabla 2):

• En Reino Unido, la facturación media por clínica se estima en torno a 1,38 millones de euros, aunque con gran dispersión: desde clínicas independientes que rondan los 400.000 € hasta hospitales y cadenas que superan varios millones de euros⁶.
• En Alemania, el mercado veterinario generó unos 9.270 millones de dólares en 2023, lo que confirma el peso económico del sector, aunque la facturación media por clínica varía según tamaño y especialización¹⁰.

Por otro lado, en Estados Unidos, el mercado de servicios veterinarios alcanzó los 68.700 millones de dólares en 2025, con clínicas que, de media, facturan muy por encima de los estándares europeos y habitualmente superan el millón de euros por centro¹².

Empleo y estructura empresarial

El modelo predominante de empleo sigue siendo el de clínicas independientes. Aproximadamente un 42 % de los veterinarios trabajan en centros privados no vinculados a grupos corporativos, mientras que solo un 18 % lo hace para cadenas. En contraste, en Reino Unido la cifra de empleo corporativo alcanza ya el 44 %. Aunque en España el fenómeno de consolidación está en auge, con unas 400 clínicas integradas en grupos corporativos hacia 2023², sigue siendo un porcentaje minoritario del total.

Condiciones económicas y laborales

Las condiciones económicas del sector continúan siendo desfavorables. Pese a la mejora derivada del primer convenio colectivo (2019–2022), que supuso un aumento salarial cercano al 25 %¹¹, los veterinarios españoles perciben de media 27.000 € brutos anuales, muy por debajo de la media europea (~48.000 €)² (tabla 3).

A los cuatro años de graduarse, los salarios permanecen en niveles bajos¹¹, lo que limita la capacidad de ahorro y de inversión para emprender.

Formación en gestión

La falta de formación en gestión empresarial sigue siendo un obstáculo clave. La mayoría de los propietarios carece de preparación en dirección, marketing y finanzas. Aunque se han impulsado iniciativas puntuales desde colegios profesionales para mejorar estas competencias⁵, todavía no existe un programa generalizado en las facultades que prepare a los futuros veterinarios como empresarios.

Comparativa internacional: España frente a Estados Unidos, Reino Unido y Alemania

El siguiente análisis comparado permite entender mejor las particularidades del emprendimiento veterinario en España y sus diferencias frente a tres países de referencia: Estados Unidos, Reino Unido y Alemania.

Número de profesionales y clínicas

España cuenta con más de 30.000 veterinarios colegiados y aproximadamente 7.000 clínicas de animales de compañía para 47 millones de habitantes². La densidad profesional (0,58 veterinarios/1.000 hab.) es superior a la de Alemania (~0,5), Reino Unido (~0,45) y Estados Unidos (~0,34). Esta mayor densidad implica mayor competencia entre profesionales y menor margen de mercado por clínica¹¹.

Propiedad de clínicas y modelo empresarial

En España, alrededor del 22 % de los veterinarios son propietarios de clínicas veterinarias¹¹, un porcentaje similar al observado en Estados Unidos (21,3 % en 2018) (imagen 2). Sin embargo, en Estados Unidos esta proporción ha descendido desde el 43 % en 2007 por la fuerte consolidación^4,8. En Reino Unido, tras el cambio legal de 1999 que permitió la propiedad de los centros por no veterinarios, más del 50 % de las clínicas pertenecen hoy a grandes corporaciones¹⁴. Alemania, por el contrario, mantiene un modelo más parecido al español, basado en clínicas independientes dirigidas por autónomos, aunque con una corporativización incipiente. En Alemania el 72 % de los centros tienen menos de dos veterinarios trabajando¹⁰, una cifra muy próxima a la española¹¹.

Ingresos y rentabilidad

Las diferencias de rentabilidad son significativas. En Reino Unido, la facturación media por clínica supera los 400.000 € anuales descritos en España⁶, impulsada por la alta penetración del seguro veterinario (25–30 % de mascotas aseguradas)¹⁶. En Estados Unidos las clínicas también disfrutan de ingresos elevados, lo que permite salarios medios anuales de 80.000–100.000 $ por veterinario^4,8. Alemania, aunque con baja penetración de seguros, compensa con tarifas mínimas reguladas por la Gebührenordnung für Tierärzte (GOT), que asegura un nivel básico de ingresos¹⁷. España, en cambio, carece de tarifas mínimas, tiene una baja implantación de seguros (<2 %) (imagen 3) y soporta un IVA del 21 %, lo que limita la rentabilidad y contribuye a la “guerra de precios” en zonas saturadas³.

Formación y cultura empresarial

En Estados Unidos y Reino Unido existen programas consolidados de practice management en facultades y asociaciones (AVMA, RCVS)⁴. Estos ofrecen a los veterinarios recursos prácticos para adquirir o gestionar una clínica. En España, los esfuerzos son más recientes y fragmentados, como cursos puntuales impulsados por colegios profesionales⁵. Alemania mantiene un modelo intermedio: muchos veterinarios heredan clínicas familiares, lo que transmite competencias empresariales de generación en generación¹⁰. En España, en cambio, el veterinario medio abre clínica para ejercer de forma independiente, pero sin mentalidad empresarial de escala o innovación¹⁹.

Retos y causas del emprendimiento veterinario en España

Del contraste con otros países se identifican varios factores que explican las dificultades del emprendimiento veterinario en España.

Saturación del mercado

Cada año se gradúan unos 1.500 nuevos veterinarios², en un contexto ya saturado de clínicas, sobre todo en el ámbito urbano de pequeños animales. Esto genera competencia intensa, salarios bajos y subempleo⁹. Además, el gasto medio anual por mascota en España (300–500 €) es mucho menor que en Reino Unido o Estados Unidos (>1.000 €), lo que reduce la capacidad de sostener clínicas rentables¹.

Estructura empresarial y corporativización limitada

Mientras que en países anglosajones la entrada de corporaciones ha profesionalizado la gestión y ofrecido alternativas de asociación, en España predomina un modelo atomizado de clínicas independientes. Hasta hace pocos años no existían redes consolidadas ni inversores relevantes; solo recientemente distintos grupos internacionales han comenzado a adquirir clínicas³. Esto ha dejado al veterinario-emprendedor tradicional operando en solitario, con escaso apoyo externo y recursos financieros limitados.

Factores económicos y financieros

Los ingresos por acto clínico son más bajos que en otros países y se ven afectados por el IVA del 21 %³. El escaso uso de seguros veterinarios implica que los clientes reduzcan la frecuencia de visitas a la clínica y, por tanto, la facturación se vea afectada¹⁸. Además, el acceso al crédito es más restrictivo: los bancos perciben la clínica veterinaria como un negocio vulnerable, lo que dificulta la financiación de nuevos proyectos.

Formación y mentalidad empresarial

La educación veterinaria en España se ha centrado en competencias técnicas, mientras que la gestión, el marketing o la planificación financiera han quedado relegadas a un segundo plano⁵. Muchos profesionales aprenden por ensayo y error, lo que deriva en errores de negocio que comprometen la viabilidad de las clínicas¹⁹. A nivel cultural, la profesión ha priorizado el ejercicio clínico sobre el rol empresarial, con una mentalidad de autoempleo más que de crecimiento o innovación.

Entorno normativo y colegial

Las organizaciones profesionales han comenzado solo recientemente a alertar de la saturación y a reclamar medidas como la reducción del IVA. Sin embargo, el apoyo institucional al emprendimiento ha sido limitado. Normas como la restricción a la dispensación de medicamentos desde la clínica han eliminado una fuente de ingresos para pequeños centros, mientras que la burocracia y la carga fiscal afectan especialmente a microempresas con escasa capacidad de gestión^3,13.

Perspectivas y propuestas para impulsar el emprendimiento veterinario en España

A partir del diagnóstico anterior, se pueden plantear medidas que favorezcan la creación y sostenibilidad de proyectos veterinarios más sólidos y competitivos.

Adecuar la formación universitaria y continua

Es necesario integrar asignaturas de gestión empresarial, marketing, finanzas y habilidades comerciales en el grado de Veterinaria. Complementariamente, los colegios y asociaciones profesionales deben ampliar la oferta de cursos de posgrado en dirección de clínicas, estrategia de precios y gestión de equipos⁵. Una mejor capacitación reducirá errores frecuentes de gestión y aumentará la viabilidad de los negocios.

Diversificar las salidas profesionales

Para descongestionar la clínica de pequeños animales, conviene orientar a los nuevos veterinarios hacia nichos emergentes y áreas con demanda creciente: producción animal, seguridad alimentaria, bienestar animal, salud pública (zoonosis), investigación biomédica o consultoría¹¹. También es clave fomentar la especialización clínica (oncología, dermatología, diagnóstico por imagen, comportamiento), siguiendo ejemplos internacionales.

Facilitar acceso a financiación y asesoría

La creación de líneas de crédito blandas o microcréditos específicos para clínicas, convenios con bancos y servicios de asesoría empresarial asequibles permitiría a los jóvenes emprender con mayor seguridad. Asimismo, sería útil simplificar trámites y licencias para la apertura de centros, y declarar la actividad veterinaria como sector prioritario en zonas rurales para canalizar ayudas a la inversión¹¹.

Reformas fiscales y regulatorias

Una de las demandas unánimes del sector es la reducción del IVA al 10 % o similar, equiparándolo a servicios sanitarios esenciales³. También se deberían valorar incentivos fiscales para proyectos innovadores (telemedicina, empresas emergentes de salud animal) o clínicas en áreas deficitarias. Replantear las limitaciones a la dispensación de medicamentos en clínica, bajo modelos controlados, podría recuperar una fuente de ingresos complementaria^1,7.

Redes de colaboración y economía de escala

Las cooperativas de compra, franquicias blandas e incubadoras de clínicas multidisciplinares pueden mejorar la rentabilidad y reducir la carga financiera inicial². Además, la mentoría entre veterinarios experimentados y jóvenes emprendedores contribuiría a transmitir buenas prácticas y aumentar la tasa de éxito empresarial⁵.

Bienestar laboral y motivación

Mejorar las condiciones laborales de los recién graduados —salarios dignos, conciliación, salud mental— es clave para evitar la desmotivación temprana⁹. Un sector con profesionales más satisfechos y apoyados tendrá mayor capacidad de emprender con visión de futuro.

Conclusión

El emprendimiento veterinario en España se encuentra condicionado por una combinación de factores estructurales: exceso de graduados, microempresas con baja rentabilidad, salarios reducidos y carencias en formación empresarial. Aunque la tradición del veterinario-propietario ha impulsado históricamente la apertura de clínicas, la viabilidad de muchos de estos proyectos es limitada, en contraste con países como Reino Unido, Alemania o Estados Unidos, donde existen marcos más favorables en términos de regulación, rentabilidad o cultura empresarial^2,8,17.

Pese a este panorama complejo, las perspectivas son positivas si se adoptan medidas adecuadas. Integrar la gestión y el emprendimiento en la formación veterinaria, diversificar las salidas profesionales más allá de la clínica de pequeños animales, facilitar el acceso a financiación y reducir las cargas fiscales son pasos fundamentales. Igualmente, fomentar redes de colaboración, modelos de negocio innovadores —telemedicina, clínicas móviles, planes de salud— y mejorar el bienestar laboral de los jóvenes profesionales contribuirá a generar un ecosistema más sostenible⁷ (tabla 4).

España cuenta con una nueva generación de veterinarios altamente capacitados desde el punto de vista científico. Si se les dota de herramientas empresariales y de un entorno normativo más favorable, podrán transformar un sector actualmente fragmentado en un espacio de mayor profesionalización, innovación y competitividad. Con estas bases, el emprendimiento veterinario no solo se consolidará como salida laboral viable, sino que también aportará un valor estratégico a la sociedad en términos de salud animal, salud pública y bienestar colectivo.

Referencias:

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